En Celaya se registraron las
más importantes batallas de la Revolución Mexicana y éstas fueron
protagonizadas por Álvaro Obregón y Francisco Villa.
En estos combates, en los que
participaron alrededor de 50 mil hombres, se determinó el rumbo
político de nuestro país.
CONTEXTO HISTÓRICO
Después de la caída de Porfirio Díaz y del
cuartelazo de Victoriano Huerta contra Francisco I. Madero, la ofensiva
contra Huerta estaba dividida en tres ejércitos, comandados por los
Generales Álvaro Obregón (Noroeste), Francisco Villa (Norte) y Pablo
González (Oriente).
Don Venustiano Carranza,
Gobernador de Coahuila, quien desplegando la bandera del
constitucionalismo organiza un movimiento armand0 contra el usurpador y
convoca a una reunión en la hacienda de Guadalupe, naciendo así el Plan
de Guadalupe, cuya principal finalidad era derrocar al gobierno de
Victoriano Huerta y convocar a nuevas elecciones democráticas. Se
designó entonces a Venustiano Carranza como Primer Jefe del Ejército
Constitucionalista.
Las acciones de guerra
suceden, y se destacan como caudillos vencedores los Generales Obregón
en el noroeste y Francisco Villa al norte. Las diferencias entre ambos
tanto físicas como morales, eran muy notorias.
Sin embargo, la cohesión
militar no perdura. Por diferencias de criterio Villa se rebela contra
Venustiano Carranza al igual que Emiliano Zapata y otros más, por lo que
tratándose de restablecer la unidad rota se convoca a todos, en
Aguascalientes a una convención, que precisamente se conoce como
“Convención de Aguascalientes”, en la cual se designa Presidente
Provisional al General Eulalio Gutiérrez. Pero lejos de atenuarse los
problemas surgen más formándose ahora una nueva fracción que se
autodenomina “Convencionalista” que hace frente a los
constitucionalistas también conocidos como “carrancistas”.
El principal disidente de la
convención fue el General Francisco Villa, con su legendaria actividad
durante la revolución, queda frente a frente del no menos ameritado
General Alvaro Obregón por parte de los constitucionalistas.
Había muchos intereses
creados y se esperaba lo inevitable: el enfrentamiento de los dos
colosos, siendo el Bajío el lugar destinado para dirimir por medio de
las armas las diferencias.
2.- SUCESO
ANTECEDENTES
FRANCISCO
VILLA / CONVENCIONALISTAS
El ejercito era superior: numéricamente,
tenía 22 mil hombres aproximadamente con una moral alta, eran dueños de
gran parte de la República y tenían un brillante historial; su
armamento era muy bueno y las municiones suficientes, la artillería
abundante y mandada por oficiales exfederales y su caballería se había
hecho legendaria por sus violentísimas cargas. Villa se hacía
llamar “Campeón de los Convencionalistas”.
Mandos
y Rutas:
Villa inició su avance en
tres columnas:
*Al norte la caballería al
mando del General Agustín Estrada;
*Al centro la infantería
constituida por las brigadas de los Generales José Herón González,
Dionisio Triana, Bracamontes y San Román;
*Al sur otra de caballería al
mando del General Abel Serratos;
*A la retaguardia del centro
marchó la artillería.
ALVARO OBREGÓN / CONSTITUCIONALISTAS
Tenía un ejercito de apenas 11 mil hombres
bien armados y con suficientes municiones; para su fortuna tenían a su
favor que en el mando contaban con mejores generales y con la capacidad
militar de Obregón.
Mandos y Rutas:
Buscando “desorientar al
enemigo” Obregón, dispersó su caballería exageradamente:
*Columna al mando de
Generales Gonzalo Novoa y Porfirio Gonzalez buscaban destruir la vía de
San Luis de Empalme,
*Alejo González y Alfredo
Elizondo en Irapuato,
*La vanguardia al mando del
General Fortunato Maycotte marchaba hasta el Guaje (ahora Villagrán)
*Obregón permaneció en
Celaya.
LA PRIMERA BATALLA
Primera
fase.
6 de abril.- Decididos a acabar con Obregón, los
villistas se encontraron con la brigada del General Fortunato Maycotte,
que marchaba por el Guaje (ahora Villagrán). La brigada de caballería
se vio en apuros, por lo que el propio Obregón se presenta en su ayuda.
Aunque ya había enviado a mil 500 hombres
de refuerzo, cuando Alvaro Obregón llegó a El Guaje, solo comprobó la
derrota de sus tropas, logrando que se retiraran en buen orden, con lo
que evitó una desbandada; las bajas de los constitucionalistas se
elevaron a 800 hombres entre muertos, heridos y dispersos.
Segunda
fase.
Después de esta victoria en
El Guaje, las tropas villistas continuaron el ataque persiguiendo a los
constitucionalistas hasta las “goteras” de Celaya, donde se da el
Primer combate formal.
Obregón Instaló sus oficinas
en el Hotel Gómez y su Cuartel General en el Templo de San Antonio.
Ubicó batallones en la vía del Ferrocarril a Salamanca y en La
Favorita, antigua fábrica de alcoholes, donde actualmente termina la
calle Guillermo Prieto.
7 de abril.- Sin reflejar ninguna idea de maniobra,
para el día 7, comenzó el ataque villista; las cargas de la caballería
se sucedían ininterrumpidamente, dejando sobre el campo muchos
cadáveres.
Obregón en la linea de fuego,
personalmente dirige el combate. Alrededor de las 9 de la mañana se
presenta una crisis en el campo constitucionalista: se les agotaba el
parque y los soldados comenzaban a desbordarse, abandonando la línea de
fuego.
El general carrancista,
ordenó traer refuerzos del 15º. Batallón que estaba en La Favorita;
para hacer tiempo, se le ocurrió una acción de guerra psicológica: e
hizo que un joven corneta del 9º. Batallón tocará la “Diana Militar”.
Confundidos los villistas se desorientaron, replegándose en retirada.
Al darse cuenta de esto,
Villa reinicio el ataque, pero una vez más fueron contenidos. Para
entonces era evidente el desgaste moral y material de los atacantes
villistas. Durante ese día dieron más de 40 cargas de caballería,
habiendo sido rechazados en todas ellas. Los constitucionalistas
pasaron a la ofensiva, consumando unas horas más tarde la derrota
villista.
Las bajas en esta primera
batalla fueron por los constitucionalistas, 4 jefes, 27 oficiales, 527
de tropa muertos; heridos fueron 5 jefes, 20 oficiales y 340 de tropa.
Las bajas villistas fueron de mil 800 muertos, 3 mil heridos y 500
prisioneros.
La primera batalla de Celaya
había terminado con un notable triunfo para el General Alvaro Obregón,
pero la lucha no había terminado, pues el General Villa no se daba por
vencido tan fácilmente.
LA SEGUNDA
BATALLA
Las fuerzas del General
Alvaro Obregón fueron reforzadas. El Ejercito de Operaciones subió a 15
mil hombres y el día 12 llegó un importante convoy de municiones.
Por su parte el General
Francisco Villa, también se reforzo con la suma de 2 brigadas, tropas
de infantería y artillería, alcanzando así una concentración de 30 mil
efectivos procedentes de Jalisco así como importantes remesas de
municiones.
13 de abril.- La caballería villista avanzó en 2
grupos, uno al norte y otro al sur de la vía férrea; la infantería
transportada por tren desembarcó en Estación Crespo a 8 kilómetros de
Celaya, y la artillería marchó a retaguardia de la infantería.
A las 6 de la mañana vieron
por el rumbo de El Guaje unas columnas de humo que denunciaban el nuevo
avance de Villa.
En un radio de acción de 200
kilometros, Obregón tomó otra vez la defensiva, manteniendo una gran
reserva. La batalla se inició en la tarde, con ligeros tiroteos y
acciones de reconocimiento. La artillería constitucionalista abrió
fuego, el que fue contestado por la villista entablándose un duelo
artilleron. Poco después se combatía en todo el frente. La táctica
seguida por los atacantes era una copia del ataque anterior: furiosos
ataques frontales, violentas cargas de caballería que se estrellaban
ante el fuego de la infantería constitucionalista.
La estrategia de obregón
estuvo próxima a fracasar, debido a una gran escasez de municiones, a
lo que Carranza envió con toda rapidez, un tren con municiones.
15 de abril.- En la madrugada del 15, el
General Obregón consultó con sus comandantes subordinados sobre el
estado de las tropas, para saber si estaban en aptitudes de sostenerse
en sus posiciones a fin de poder iniciar su ofensiva a las primeras
horas de ese día mediante, un doble movimiento envolvente.
Obregón, planeo dejarse atacar
y sitiar por completo; mientras envió a las caballerías de Cesáreo
Agustín Castro a la retaguardia para ocultarse 7 kilómetros de la
ciudad, en la hacienda de La Labor, rumbo a Apaseo, mientras ya tenía
cubiertos los flancos por los barrios de Tierras Negras, San Miguel y
Tierra Blanca, y a la vez todos los bordos y acequias del lado poniente
estaban ocupados por su gente.
Así las tropas
constitucionalistas pasaron a la ofensiva, con lo que el enemigo estuvo
fuera de balance por sorpresa; el propio Obregón marchaba al centro de
la fuerza atacante. De inmediato la batalla se generalizó: Los
villistas aunque desconcertados, se defendieron valientemente, pero
fueron desplazados de Estación de Crespo a la hacienda de Las Trojes
por el norte. Por el centro las tropas constitucionalistas habían hecho
retroceder más rápidamente a las villistas.
Para el medio día la batalla
estaba decidida a favor del constitucionalismo: era muy clara la
derrota villista y ya se notaban los síntomas que preceden a una
retirada desordenada. Al caer la noche se consumó la derrota de Villa.
El General Villa que iniciara
su ataque con 42 generales, y 30 mil soldados se retiraba dejando 30
cañones abandonados, 14 mil bajas entre muertos heridos, prisioneros y
perdidos, 5 mil fusiles, 5 mil caballos.
Eran tantos los cadáveres por
ambos bandos que los amontonaron en las acequias, y rociándolos con
chapopote se les prendió fuego para evitar su descomposición y la
consiguiente epidemia.
Por la mañana del 16 de abril
de 1915, “un viernes rojo saturado de tristezas”entre los miles de
prisioneros se identifican a 120 oficiales del ejercito villista, a
quienes se les aplica un juicio sumario que dura sólo unos minutos,
para llevarlos a la Plaza de Toros, donde en grupos de seis en seis
frente a la escolta de fusilamiento son ejecutados.
En persecución de las fuerzas
villistas, Obregón avanza sobre León el 25 de abril, entablándose
batalla en La Estancia de La Trinidad, entre León y Silao, y al hacer
una inspección sobre el campo, el 12 de junio explotó cerca de él una
granada que le lesionó gravemente el brazo derecho, destrozo que obligó
a su amputación.
REPERCUSIONES
El país.
Después de estas batallas se
libraron otras, que ratificaron la derrota de los villistas: Trinidad,
Santa Ana del Conde y Aguascalientes fueron los últimos capítulos del
drama que había ensangrentado a México. Como fuerza organizada el
villismo dejó de existir.
Las
batallas de Celaya finiquitaron el movimiento armado en México, para dar paso
a la vida institucional que se consolida el 5 de febrero de 1917,
al promulgarse por Venustiano Carranza “La Constitución
Federal de 1917”.
La ciudad
En esa época, los Presidentes
Municipales, duraban muy poco en su cargo, por la álgida y difícil
situación, que dejo muertos por inanición, ya que las cosechas fueron
quemadas, los sembradíos destruidos y las tierras e implementos de
labranza abandonados.
14 de Abril de 2014 a las 10:30
FUENTE PERIODICO A M
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario